José F. Durán Velasco
- Pero...
¿Qué veo? ¿Tú no eras abolicionista y luchabas por la abolición inmediata e
incondicional de la esclavitud?
- Si,
claro.
- ¿Y
qué haces ahora metido a negrero?
- Es
que “he evolucionado”, me he vuelto realista. Ya no creo en utopías
antiesclavistas. Ahora creo que la esclavitud y la trata de negros deben
mejorarse, pero no abolirse. Ya no soy un antisistema. Ahora trabajo desde
dentro del sistema para mejorarlo.
- ¿Haciéndote
negrero?
- Como
va a haber negreros de todas formas: ¿No es mejor que el negrero sea una buena
persona en vez de un canalla negrófobo? El negrero reformista lucha desde
dentro del sistema esclavista para mejorar en todo lo posible la condición de
los esclavos. Por ejemplo: en lugar de pegarles con el látigo sin ton ni son y
lanzarles miradas aterrorizadoras, les sonrío y les digo: “Pasen al barco,
señores, y acomódense lo mejor que puedan. La compañía negrera, el capitán y
toda la tripulación les deseamos un feliz viaje hacia América, donde serían
vendidos a amos que esperamos que sean lo más buenos posibles”.
- ¿Es
una burla o qué?
- No,
no es una burla. Y lo decimos en varias lenguas africanas, para que nos
entiendan. La amabilidad, la sonrisa y la simpatía son lo que diferencia al
negrero bueno del negrero malo.
- El
negrero con rostro humano, vaya.
-Nos
desvivimos por hacerles la vida lo más confortable posible, pero con tan poco
espacio y tantas cadenas no es fácil.
- ¿Y
no sería mejor abolir la trata y la esclavitud?
- ¡Eso
es una utopía! Ya se intentó y fue un fracaso. ¡Basta de ideólogos doctrinarios
que viven en Júpiter! Debemos ser realistas: el sistema esclavista existe y
existirá siempre, abolirlo es imposible y si se aboliera sería peor, porque
todos los otros sistemas son peores. Lo que hay que hacer es reformarlo:
hacerlo más amable, más humano, más compasivo. ¡Ah, si consiguiéramos que se
viera a los esclavos igual que a los perros o a los caballos! El lema de los
reformistas es: “El esclavo es el mejor amigo del hombre, quiérelo como a un
perro”.
- Me
conmueve tu realismo filantrópico.
- ¿Verdad
que sí? Y es que los reformistas pragmáticos tenemos un lema muy sabio: “Quien
a los veinte años no quiere abolir la esclavitud es que no tiene corazón, pero
quien a los cuarenta años no es negrero es que no tiene cerebro”.
- Sí,
esa frase expresa perfectamente lo que es ser un reformista pragmático.
1 comentarios:
Este texto me parece notable. Está clara la metáfora que guarda con la defensa del sistema capitalista y refleja claramente cómo los argumentos que se utilizan para justificar un sistema bellaco como el esclavismo son idénticos a los utilizados para justificar la adhesión al predador sistema capitalista.
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