Noelia Martínez Menéndez, Lanzarote
Paralelismos y diferencias, en busca de pistas para el éxito de la disidencia.
Paralelismos y diferencias, en busca de pistas para el éxito de la disidencia.
“Nos matan.
Pareciera que lo que buscan es acorralarnos para que recurramos a la
lucha armada. Y luego nos caerían los militares o los gringos y ahí
diríamos adiós a la ilusión de las elecciones” (Hondureña en
resistencia)
1.- GOLPE DE ESTADO Y ORGANIZACIÓN POR
EL PODER POLÍTICO.
Desde el golpe de Estado de 2009,
Honduras es un estado frágil. Su permanencia en las Naciones Unidas
está condicionada. Como país tiene mayor número de asesinatos per
cápita que Somalia o cualquier rincón, por belicoso y miserable que
una imagine, de este mundo.
No es que antes de 2009 estuvieran
mucho mejor, pero ahora los asesinatos de periodistas y disidentes
tienen records planetarios y la vida civil está militarizada. Tras
el golpe también han conseguido otra singularidad mundial, la
posibilidad legal de vender trozos de país a multinacionales para la
creación de ciudades estado privadas. Y al narco. Porque si un día
Honduras dio nombre a la expresión “república bananera” (porque
dos grandes compañías de frutas ponían y quitaban presidentes
inaugurando el juego del bipartidismo), tras el golpe de estado, es
la representación viva de un “narcoestado”. Los cuarteles están
coptados por cárteles y muchos policías son esbirros o mercenarios.
Como dicen los disidentes de la resistencia “el crimen
organizado está con el gobierno de turno”.
El golpe de Estado de 2009 fue un golpe
de la oligarquía, formada en su mayoría por familias de
comerciantes emigrados del mediterráneo oriental. Manejan su vida
social con endogamia y sus negocios atravesando alfiles en el
parlamento de Tegucigalpa.
Fueron los que sacaron al presidente a
Costa Rica en pijama. Se cree que porque la sociedad civil
organizada, los indios, los pobres, comenzaban a tener influencia en
la casa presidencial. Porque se quería seguir la estela antiimperial
de otros países del Alba, una geopolítica latinoamericana que
empieza a poner en valor el activo local frente a la sanguijuela
extranjera.
El golpe de estado produjo un estallido
de la resistencia civil especialmente notable, con una organización
y movilización sin precedentes, y que amenaza hoy, cuatro años
después, con dar un vuelco al país. Porque la resistencia hondureña
se ha conformado en un partido, el LIBRE, y encabeza todas las
encuestas de intención de voto para las próximas elecciones
presidenciales de Noviembre. Su principal objetivo: promover una
asamblea constituyente que saque a la oligarquía del parlamento.
Sin duda la situación de un país como
Honduras es diametralmente diferente a un país como España. Además,
la resistencia hondureña está a punto de hacerse con el poder en
aquella república postbananera, mientras la indignación española
está cada vez más diluida en esta monarquía postfranquista.
Sin embargo, quiero resaltar algunos
paralelismos: Como que en España también confundimos por momentos
el parlamentarismo con la democracia. Y sufrimos o evidenciamos un
golpe de estado de la democracia representativa, del bipartidismo,
auspiciado con argumentos legalistas o constitucionalistas. Que como
ciudadanía despertamos, nos dimos cuenta y salimos a la calle. Tanto
en Honduras como en España surgió un movimiento que se identificó
como un “despertar civil”. Y a pesar de la represión, de
incomparable beligerancia en Honduras pero también existente en
España, en ambos países la disidencia fue pacífica y no violenta.
Sin embargo, y aquí se acaba el
paralelismo y comienzan las diferencias, las que pueden poner de
relieve el camino del éxito: la resistencia hondureña no fue una
primavera, sino un movimiento no estacional, constante, y con una
ambición clara de poder.
El “despertar hondureño” tuvo bien
claro desde el principio la necesidad de la toma del poder político.
El exilio y la gran cantidad de asesinatos impidieron a su población
infravalorar al enemigo.
Infravaloración que probablemente se
dio en los comienzos de la indignación española, cuando se creía
que bastaba la presión ciudadana para cambiar las cosas, a suerte de
revolución naranja.
En España la disidencia hizo una
apuesta transversal, se quería fortalecer a la sociedad civil,
transformar la democracia haciéndola más participativa; pero no fue
hasta muy tarde, cuando ya se habían quemado muchos de los
cartuchos, cuando la indignación española se dio cuenta de la
necesidad de conquistar el poder para propiciar un cambio
constitucional que permita mecanismos para hacer efectiva esa
democracia real.
2.- LA FORMACIÓN DE UN FRENTE AMPLIO.
Desde los inicios de la resistencia
hondureña siempre hubo una consigna: Frente Amplio. Se escuchaba en
las reuniones políticas de los pueblos, en las manifestaciones, en
los sindicatos universitarios. Era una ambición que estaba en el
aire. No muchos accedían a las redes y había un bloqueo mediático
más férreo que el español. Sin embargo, “el frente amplio” era
un sueño colectivo, que estaba en el imaginario popular y que todo
“hondureño en resistencia” tenía en mente.
Y en efecto, en 4 años, lo han
cumplido. Han reunido a casi todos los movimientos sociales para la
conformación de un frente amplio político y social: campesinos en
lucha, feministas, indigenistas, sindicalistas, todo el pueblo en
resistencia se ha unido en LIBRE, una fuerza alternativa en la lucha
por el poder político.
Aunque no es oro todo lo que reluce...
En el LIBRE también se han hecho coaliciones con personas
sospechosas de corrupción como Edras Amado López, empresario de la
comunicación. Se han gestado alianzas con elementos que aún
mantienen vínculos con el bipartidismo y con populistas varios. Y
sobre todo, se ha abusado del caudillismo carismático del presidente
depuesto Manuel Zelaya, proponiendo a su esposa Xiomara, como
candidata presidencial.
Sin embargo, se ha mantenido intacta la
piedra angular del programa colectivo, la necesidad de un cambio
constitucional, de una refundación del estado que saque a la
oligarquía y otras mafias de su omnipotencia y asegure un estado
social. Teniendo bien clara esta parte de su programa han conseguido
que en esta heterogénea unión de fuerzas no diluyera o
deslegitimara la propuesta.
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3.- PATRIOTISMO.
En la Honduras de los conservadores,
del bipartidismo, siempre se ha intentado convencer desde el miedo al
cambio. Con un falso discurso a favor de la estabilidad, han acabado
desestabilizando el país colocándolo al borde del estado fallido.
El narco, la coptación de las fuerzas armadas, lo errático de las
políticas públicas ajenas al interés general, la ausencia de
justicia y la epidemia de violencia, conducen al país hacia una
desestabilización completa. Para colmo, Ricardo Álvarez, alcalde de
la capital, ha amenazado que correrá sangre si gana LIBRE, el
partido de la resistencia.
El LIBRE, por el contrario, apela al
pacifismo y la estabilidad.
Ya en 2009 cuando algunos estados
ofrecieron al presidente depuesto Manuel Zelaya, lider carismático
de la resistencia, entrenamiento y armas, él se negó a verter
sangre hondureña y abogó por la reconciliación.
Su mujer, Xiomara de Castro, también
opone un discurso conciliador a la beligerancia del bipartidismo.
“Los que apoyaron el golpe de Estado, la ruptura constitucional, la
destrucción del Estado de derecho, la aniquilación de la democracia
acusándonos de comunistas e izquierdas radicales . Son los únicos
interesados en polarizar ideológicamente la campaña electoral son
precisamente son los radicales .
Nosotros, desde las filas de LIBRE, representamos exactamente lo contrario: la
fraternidad, la reconciliación y el entendimiento colectivo de todos los hondureños.” (Xiomara Zelaya, candidata presidencial LIBRE)
Nosotros, desde las filas de LIBRE, representamos exactamente lo contrario: la
fraternidad, la reconciliación y el entendimiento colectivo de todos los hondureños.” (Xiomara Zelaya, candidata presidencial LIBRE)
Hoy los conservadores representan la
ruptura, y los disidentes la concordia. LIBRE enarbola la bandera del
sueño colectivo, de lo que les pareció perder aunque nunca
tuvieron.
En España, de igual manera, siempre se
han propuesto las opciones políticas más conservadoras como las
garantes de la estabilidad, de la conciliación entre las Españas y
de la cohesión del Estado. Incluso los pactos PPSOE se amparan bajo
el mismo discurso. Aunque cada vez se hace más obvio que el
bipartidismo supone lo contrario: el saqueo y la entrega del país a
intereses bancarios, empresariales y extranjeros.
Sin embargo, aún no ha fraguado en la
disidencia española la bandera de un sueño colectivo.
En el 15M se ensayó un discurso de
cohesión social que ha tenido cierta llegada (99%, los de abajo),
pero, al menos de momento, no ha generado una identificación
colectiva que motive a un cambio radical. Además, se ha confundido
en ocasiones con un discurso de uniformidad o unificación social
cercano a posiciones protofalangistas, provocando el disgusto de los
sectores de izquierdas movilizados y la escisión del movimiento.
Por otro lado, la izquierda disidente
tradicional, sigue sin un discurso que cale en ese sentido. Muchos,
en un materialismo exacerbado, abominan de toda representación
colectiva que no sea en función de intereses de clase. Y actualmente
se presentan como ineficaces para crear u orientar un discurso de
cohesión social.
Mientras, en Honduras, los marxistas
gritan “hagamos patria”
4.- REFORMA Y REVOLUCIÓN.
La dificultad española para crear un
frente amplio a manera del LIBRE hondureño es un tema controvertido.
Especialmente por la dicotomía entre reforma y revolución.
Muchos revolucionarios españoles se
asustarían ante partidos como el LIBRE, que incluyen caudillismos,
intereses variados, y un discurso socialdemócrata.
Y sin embargo, hay revoluciones que van
más allá del discurso de una formación política. Porque la sola
llegada de esa formación al poder ya será en sí un acto
revolucionario. Supondrá que no se jugará con las mismas cartas,
sino que se cambiará de baraja. Un cambio cualitativo de las esferas
de poder. De una constitución escrita por la oligarquía se pasará
a un texto refundacional escrito por las clases populares
organizadas: un cambio de paradigma que aunque no cambie de manera
sustancial la propiedad de los medios de producción, abrirá las
vías para ello.
Para decidir a quien votar, hay quien
somete a estas tres pruebas a los políticos: La prueba de Marx,
el test de Luxemburgo y el Chequeo del Che.
1.- En Honduras, hoy y de entre los
partidos existentes, ¿a cuál votaría Marx? ¿Desde una perspectiva
dialéctica, cuál supondría un avance en la lucha de clases?
2.- Al discurso reformista del partido
LIBRE también podríamos someterle al test Luxemburgo:
¿Las reformas que proponen contribuyen
a la permanencia en el paradigma neoliberal o al cambio del mismo?,
¿contribuyen a una revolución a medio-largo plazo o van en
menoscabo de la misma?
3.- Y el chequeo del Che: ¿Está la
opción LIBRE en la esfera del antiimperialismo?
Entre las personas que militan en LIBRE
hay multitud de intelectuales marxistas que se definen como
humanistas: lideran al pueblo desde lo que es no desde lo que ellos
creen que debe ser. Esos marxistas humanistas han vencido el miedo a
la muerte durante cuatro años seguidos. Algunos han muerto. En
noviembre, si como se prevé, ganan las elecciones, le ganarán una
batalla al fascismo que será trascendental para toda América
Latina. Y será obligatorio que todos los movimientos mundiales se
pregunten por el secreto de su éxito:
¿Será el miedo a la muerte el que les
ha curado del neuroticismo, de la autocrítica constante?
¿Será el miedo a la muerte el que les
ha despojado de dogmas y les ha dotado de impulsividad y compromiso?
¿Será el miedo a la muerte lo que
les ha permitido correr el riesgo de equivocarse?
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