jueves, 4 de julio de 2013

Licenciado en Filología Árabe responde a la censura de los grupos islamistas en “Siria libre ya... Únete y difunde”

Roberto Mérida, Sevilla

Compañeros, me llamo Roberto Mérida, soy licenciado en Filología Árabe y estudiante de dicho idioma, así como, desde hace más de dos años, de los procesos populares que algunos llaman Primavera Árabe, otros prefieren llaman "Otoños e Inviernos Árabes" al haber acarreado la desestabilización de no pocos países árabes de tradición o pasado laico y/o panarabista y su involución política a manos de los partidos de la Hermandad Musulmana y grupos terroristas takfiristas, en algunos casos su destrucción incluso, destrucción completa como en Libia; destrucción parcial como en Siria. Hay quienes todavían insisten en llamar a estos procesos Revolución en el Mundo Árabe. Desde luego algunos movimientos populares y obreros iniciales en los países en que tales procesos tuvieron un componente mucho más autóctono y popular, llegaron a tener un componente revolucionario; pero no se tradujeron en conquistas permanentes, ni mucho menos electorales o gubernamentales, para la clase trabajadora.

Soy simpatizante y defensor de aquellos episodios que verdaderamente pueden ser tildados de revolucionarios, como el levantamiento popular y las huelgas contra Ben `Alî y Mubârak y, luego más tarde, contra Mursi; no así el auge y la llegada al poder de movimientos y partidos de corte fundamentalista como la Hermandad Musulmana, ó de corte salafista como Dâ`esh y Frente al-Nusra, o ese batiburrillo mercenario-salafista de poca monta llamado Ejército Libre Sirio. Tampoco soy simpatizante de gobiernos militares continuistas con los anteriores con los regímenes laicos pro-Occidente otrora derribados, como Mursi, pero los prefiero frente a la barbarie fundamentalista de una Hermandad Musulmana, o aun peor, de un Dâ`esh. Lo mismo es aplicable al gobierno confesionalista chií de Iraq, infinitamente menos retrógrado que la Hermandad Musulmana, Cerdogán ó Dâesh, por su lucha contra estos elementos, y desde el que todavía se puede trabajar por reformas políticas, no así en el otro bando.

Me repele además el apoyo de las potencias extranjeras a determinadas burocracias tribales periféricas sin demasiada base social y a grupos yihadistas en países como Libia, que han terminado con la instauración de un gobierno neoliberal-capitalista títere y, posteriormente, con la desmembración del país en varios cantones controlados por bandas yihadistas, tribales, proimperialistas, la Hermandad Musulmana, etc., sumidas en interminables guerras intestinas que han destruido por completo lo poco que quedaba del país.

Desde ayer, un nuevo punto de inflexión tuvo lugar en esta serie de movimientos revolucionarios con la caída del presidente fundamentalista Mursi, como resultado de varios días de ininterrumpidas movilizaciones populares, masivas. Estos han tratado sin embargo de ser reconducidos por la Junta Militar a través de varias reuniones con los organismos de la Oposición Anti-Hermandad Musulmana, en que les prometían hacer efectivas la voluntad y demandas de los manifestantes de deponer al presidente fundamentalista, e iniciar una hoja de ruta para la convocatoria de unas nuevas elecciones, para luego, más tarde, iniciar un golpe de Estado e instaurar un nuevo gobierno militar continuista de Mubârak, apoyado por Arabia Saudí, que terminará dando al traste con dichas demandas. Recogí la noticia del levantamiento y la caída de Mursi con júbilo, aunque no así de la maniobra del ejército. No obstante aquello me parecía un logro más para el movimiento popular y rápidamente me hice eco del mismo en los principales foros de política y activismo que acostumbro a frecuentar, en redes sociales, así como en los foros de apoyo a la Revuelta Siria mal llamada "Revolución", de la que, tras el desenlace bélico-sectario que está destruyendo el país en una prolongada guerra de desgaste que nada tiene que ver con cualquier índole de movimiento anticorrupción, progresista o democrático, nada queda hoy día; pues no se puede llamar Revuelta ni mucho menos Revolución ni popular a una intentona armada mercenario-salafista financiada por Israel, el imperialismo de la OTAN y las potencias reaccionarias de Oriente Medio encabezadas por Arabia Saudí, Qatar y Turquía. Se le puede llamar intervención extranjera, simple y llanamente.

Un fenómeno paradigmático, sin embargo, ha sido la frontal oposición que me he encontrado por parte de varios individuos o sectores de opinión a la caída de Mursi, e incluso el apoyo al dirigente de la Hermandad Musulmana, so pretexto de que "lo de Egipto no es una Revolución sino un golpe de Estado". Es un hecho que las redes sociales son en cierto modo un reflejo o termómetro de los acontecimientos en la calle, y nuestro caso no es menos, pues hasta ellas se trasladan los enfrentamientos entre anti-fundamentalistas islámicos y pro-Hermandad Musulmana, que todavía se registran en algunas calles de Egipto, entre quienes celebran y quienes se oponen a la caída del presidente. Dichos enfrentamientos, por fortuna "dialécticos", han alcanzado un grado particularmente virulento en el foro anti-régimen sirio Siria libre ya... únete y difunde (lo que me hace sospechar que está detrás de una importante parte de este foro la Hermandad Musulmana). Así, durante toda la tarde de hoy, he sido insultado en el grupo Siria libre ya..., por parte de una serie de individuos, adherentes a ideas salafistas, que desde hace meses dicen apoyar a la Hermandad Musulmana en Siria, y a grupos integristas yihadistas como Frente Alnusra (Jabhat al-Nusra), grupo vinculado a Estado Islámico en el Iraq y Levante, la sección iraquí de Alqaeda. Estos acogieron la noticia sobre la caída de Mursi con particular ira, y con ataques furibundos comenzaron a responder a mis posts.

Así, durante la tarde de hoy, 4 de Julio, he sido acosado, calumniado, coaccionado y presionado, a lo largo de varias horas, para que desista de mis ideas y me vaya voluntariamente del grupo, so pretexto de que “son minoritarias”, la "mayoría no comparte dichas ideas". ¿El motivo? Criticar a Mursi y apoyar la caída de los Hermanos Musulmanes en Egipto, defendiendo las protestas populares como lo que son: un nuevo punto de inflexión en la Revolución y lo contrario de un Golpe de Estado. Así, dicen: “que la mayoría del grupo apoya a los islamistas o simpatiza con ideas islamistas”.

Cabe destacar que cuando decimos “islamistas” no lo decimos como sinónimo de musulmán, sino como partidario de una corriente fundamentalista que pretende basar la vida del Estado moderno en la imposición de la ley islámica, según una interpretación literal y rígida del Corán y el hadîth, vinculando la religión al Estado, y legislando sobre los aspectos más elementales de la libertad personal del individuo, coartando progresivamente y erosionando derechos y libertades básicas: sobre vestimenta (velo integral o parcial, ropa), igualdad de derechos de hombre y mujer, libertad de pensamiento crítico, de credo, de culto o profesión pública de dicho culto, etc. A menudo también se caracterizan por sus ataques al movimiento obrero y las corrientes de izquierdas, estigmatizadas de ateas, llegando a prohibir las huelgas y la lucha sindical (como sucede en Arabia Saudí y Qatar, con Hamâs en Gaza...).

Estas corrientes tienden a fomentar los prejuicios y la discriminación contra otras confesiones, en particular, contra las minorías religiosas (chií, cristiana, etc.), y a menudo suelen terminar derivando o conduciendo a enfrentamientos y lucha sectarios que dividen al país y sirven como maniobra de distracción para que no se cuestionen los verdaderos pilares de la explotación que sufren las clases bajas, que son económicos. Estos partidos no se plantean un modelo de economía alternativo distinto del capitalismo, y a menudo terminan plegándose a los intereses de los grandes monopolios mercantiles y las potencias (reaccionarias, como las monarquías absolutas del golfo, o imperialistas, como EEUU y la U.E.) y aplicando reformas neoliberales y recetas del FMI.

Tras exponer todo esto, pacientemente, cuidadosamente, flexible en la táctica, pero de forma intransigente en los principios, finalmente, he sido expulsado del grupo, con diferentes pretextos que no coinciden con la realidad: como que “era una rata traidora”, un “infiltrado basharista”, un “islamófobo”, que “insultaba a los hermanos islamistas” (como si fuese eso un delito), que “acosaba a las mujeres” o simplemente “que era maricón”. Pero, ¿”traidora” de quién? Apoyé desde el principio la revolución en Siria, cuando las demandas eran laicas y democráticas, y la forma de protesta pacífica, y se aparcaban a un lado los odios y los prejuicios sectarios. También me he ganado insultos y expulsiones tanto de stalinistas como de basharistas por denunciar la dictadura y los crímenes cometidos por Bashâr al-Asad contra la población civil, contra protestas pacíficas. Desde que tengo uso de razón política siempre he sido crítico con los fundamentalismos, pero siempre he sentido un profundo respeto por los pueblos del Mundo Árabe o de mayoría musulmana, lo que me llevó al punto de estudiar y licenciarme en Filología Árabe por la Universidad de Sevilla.

Mi interpretación, por tanto, es muy diferente: Se me ha expulsado de Siria Libre Ya, por defender la democracia popular en Siria y Egipto, desde una perspectiva laica, y desenmascarar a los partidos "islamistas" (en realidad fundamentalistas islámicos), que promueven la erosión de las libertades individuales y personales más básicas, la persecución de minorías religiosas y la violencia sectaria, y la vuelta a tribunales religiosos basados en la ley islámica premoderna, o sharî3a, según además sus interpretaciones más duras.

Con esto ha quedado completamente certificado que dicho grupo está tomado por individuos pro-fundamentalistas y salafistas, vinculados a la Hermandad Musulmana, sectarios, porque fomentan la lucha entre sectas, y son la antesala del takfirismo ó "yihadismo" wahhabita; no en vano uno de sus temas más recurrentes es la crítica en general contra “los chiíes” y los “perros alawíes”, como ellos dicen; sin hacer distinción entre individuos pertenecientes a dicha confesión, y régimen; son incapaces de ver que, por ejemplo, una mayoría de las milicias pro-gubernamentales sirias encargadas de defender Aleppo de las fatídicas tropas rebeldes que poco a poco están sometiendo a la localidad a la destrucción paulatina, eran sunníes.

Así, algunos de los miembros de este foro, eran a su vez los administradores de la página Contra las sectas desviadas https://www.facebook.com/ContraLasSectasDesviadas?fref=ts , grupo salafista extremo dedicado a criticar, emponzoñar y calumniar, valiéndose de una fraseología medieval (que recuerda mucho a la de la antigua Inquisición), a los miembros de la minoría chií, incentivando el odio religioso, razón que les ha valido a sus administradores y a dicho grupo varios casos de denuncia a los administradores de Facebook (animamos desde aquí a hacer lo mismo y denunciar este grupo; nosotros ya lo hemos hecho).

Aun así, hemos tomado precaución y preferido ser prudentes. Ante el “clamor” de los pro-fundamentalistas de que su filiación es mayoritaria en el foro, hemos preferido realizar nuestra propia encuesta, en la que hemos preguntado:

¿Estarías a favor de un gobierno formado por los Hermanos Musulmanes o algún otro partido de tendencia islamista (fundamentalista) en Siria?”

SI 13+
NO 16+
No sabe / No contesta


La victoria ha sido para el "NO" a los partidos fundamentalistas islamistas, 16 a 13 votos, por mayoría.
Esto pone de manifiesto que, numéricamente hablando, las fuerzas están más "igualadas" de lo que pensaban, entre quienes quieren un cambio laico y democrático y una involución al integrismo religioso wahhabita en Siria.

Pero eso no les importa porque tienen el control sobre el canal. Han respondido con otra encuesta donde preguntaban directamente si querían mi expulsión, a la que he decidido hacer caso omiso. La falta de seriedad de la misma no merecía lo contrario. Luego he sido expulsado del grupo. Linchar políticamente a quienes denuncian sus excesos, cuestionan sus dogmas de higiene moral y de fe, y sacan a la luz pública sus actos de barbarie, sus crímenes, esa es la metodología de los integristas.

En vista de tales hechos, es preferible que quienes aún tenemos un mínimo de apego por la libertad y el pensamiento crítico, abandonemos en bloque ese grupo, y busquemos aquellos grupos de apoyo y difusión a una verdadera Revolución popular Egipcio, o a la Resistencia Siria frente al takfirismo y la ofensiva imperialista-sionista en que se luche desde el rechazo al sectarismo, por la consecución de más derechos y libertades, no solo civiles sino económicas, desde el principio irrenunciable de una política integradora de todas las comunidades confesionales, étnicas y laicas, algo que pasa inevitablemente por la completa diferenciación entre política y religión.


1 comentarios:

MISTERYSTORM dijo...

La victoria ha sido para el "NO" a los partidos islamistas, 16 a 13 votos, por mayoría.
Esto pone de manifiesto que, numéricamente hablando, las fuerzas están más "igualadas" de lo que pensaban, entre quienes quieren un cambio laico y democrático y una involución islamista en Siria.

Mire, hacer una proyección sobre una muestra tan escasa es poco científico. Este analisis es en parte invalido y genera confusión al lector desprevenido. Los estudiantes de sociología tienen 3 materias de métodos sociológicos y ninguna proyecta millones sobre decenas.

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