Ana Mulet, Madrid
La privatización de la sanidad o el eufemismo de externalización, esta siendo ya implantado en otros países de Europa, con resultados nefastos para los pacientes; el caso más reciente lo tenemos en Reino Unido, donde se calcula que en el hospital de Stafford, han podido morir mas de 1200 pacientes desde su privatización debido a condiciones insalubres y falta de agua y comida entre 2005 y 2009. El caso ha puesto de manifiesto la necesidad urgente de cambiar la gestión del Sistema Nacional de Salud Británico; lo acontecido en el hospital puede describirse como una serie de "fracasos clínicos y de gestión", ha dicho David Cameron en una declaración sobre el informe realizada en el Parlamento.
La privatización de la sanidad o el eufemismo de externalización, esta siendo ya implantado en otros países de Europa, con resultados nefastos para los pacientes; el caso más reciente lo tenemos en Reino Unido, donde se calcula que en el hospital de Stafford, han podido morir mas de 1200 pacientes desde su privatización debido a condiciones insalubres y falta de agua y comida entre 2005 y 2009. El caso ha puesto de manifiesto la necesidad urgente de cambiar la gestión del Sistema Nacional de Salud Británico; lo acontecido en el hospital puede describirse como una serie de "fracasos clínicos y de gestión", ha dicho David Cameron en una declaración sobre el informe realizada en el Parlamento.
Debido a que la gestión privada se
basa en conseguir ganancias, es necesario lucrase a costa de la salud
de los pacientes, ahorrando en recursos y personal, ofreciendo bajos
salarios y condiciones de empleo precarias, afectando a la salud de
los trabajadores de la salud y poniendo en evidente peligro la vida
de los pacientes. La mortalidad en esos hospitales privatizados es
mayor; los hospitales privados seleccionan a los pacientes, no les
interesan los enfermos crónicos y eligen los de cirugía y
Traumatología, ya que dan muchos más beneficios en menor tiempo y
coste. Se tiende a ahorrar en pruebas médicas, y la atención de los
pacientes decrece de manera alarmante, al reducirse drásticamente el
numero de profesionales sanitarios por planta y servicio médico.
En la mayoría de los casos se realizan
operaciones innecesarias y se premia con incentivos a los médicos
que dan más altas, evitando los ingresos hospitalarios; tampoco se
consulta con los profesionales médicos qué material sanitario es el
más conveniente, sino que se compra, y se abastecen laboratorios y
compañías con los que tienen intereses económicos. De esta forma,
se da el caso de que mucho de este material es ineficaz, y el
necesario o imprescindible en casos excepcionales –sobre todo en
recién nacidos–, escasea, o simplemente no existe en dichos
hospitales de gestión privatizada, por lo que los médicos, en caso
de emergencia, se ven incapaces de salvar la vida de algunos
pacientes. Los medicamentos también se van suspendiendo
paulatinamente del stock de la farmacia, ya que generan un costo
añadido que la gestión privada no quiere asumir, por lo se
desabastece la farmacia de los hospitales y muchos medicamentos,
sobre todo los calmantes, llegan a ser completamente suprimidos, lo
que causa un aumento del sufrimiento innecesario en los pacientes
hospitalizados.
Este tipo de gestión no es cierto que sea mas barata, al contrario: hay estudios que demuestran que resulta más cara por paciente, ya que se cobra de la administración pública correspondiente, acuda o no el ciudadano al ambulatorio o al hospital.
Este tipo de gestión no es cierto que sea mas barata, al contrario: hay estudios que demuestran que resulta más cara por paciente, ya que se cobra de la administración pública correspondiente, acuda o no el ciudadano al ambulatorio o al hospital.
La privatización de la sanidad
destruye el derecho a la sanidad pública y universal de calidad. Da
lugar a que quienes tengan posibilidades económicas se puedan pagar
seguros médicos privados, y el resto de la sociedad, ya sea la clase
trabajadora o los marginales, se tengan que conformar con una sanidad
deficiente, clasista, no igualitaria, precaria o simplemente llegar
al punto de carecer completamente de ella.
Los principales interesados en vender la sanidad son el poder económico de las grandes empresas especializadas en la sanidad, seguros médicos, farmacéuticas, tecnológicas y biomédicas, que tienen un gran interés en ampliar sus ya enormes beneficios, a todos los niveles del ámbito social. Están en juego miles de millones de euros y no tienen ninguna voluntad de ceder ante las presiones ciudadanas; el actual Gobierno neoliberal en curso, es quien está intentando impulsar este modelo de privatización, ya que les une intereses económicos con empresas como Capio Sanidad, Sanitas, HM Hospitales, el Grupo Ribera Salud, USP, etc. El papel de los partidos de derechas: PP, UPyD, CiU y PSOE, es crucial, y son cómplices necesarios para dar el golpe definitivo, el hachazo que acabe con la sanidad pública en España.
Los principales interesados en vender la sanidad son el poder económico de las grandes empresas especializadas en la sanidad, seguros médicos, farmacéuticas, tecnológicas y biomédicas, que tienen un gran interés en ampliar sus ya enormes beneficios, a todos los niveles del ámbito social. Están en juego miles de millones de euros y no tienen ninguna voluntad de ceder ante las presiones ciudadanas; el actual Gobierno neoliberal en curso, es quien está intentando impulsar este modelo de privatización, ya que les une intereses económicos con empresas como Capio Sanidad, Sanitas, HM Hospitales, el Grupo Ribera Salud, USP, etc. El papel de los partidos de derechas: PP, UPyD, CiU y PSOE, es crucial, y son cómplices necesarios para dar el golpe definitivo, el hachazo que acabe con la sanidad pública en España.
Estos partidos han perdido la
legitimidad como valedores de los intereses del la población, a la
que dicen que representan, ya que han interpuesto sus intereses
económicos personales al del bien común, siendo la sanidad, junto
con la banca y los desahucios, los más claros exponentes de este
hecho.
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