miércoles, 30 de enero de 2013

¿Fue la Revolución Rusa un progreso, o sólo trajo totalitarismo?


Roberto Mérida

En el año 36, pocos años antes del estallido de la II Guerra Mundial, la producción de las principales potencias capitalistas había bajado, o su subida fue inferior a un 3%. Gran Bretaña sólo aumentó, ayudada del proteccionismo de Estado (la economía capitalista era incapaz de sostenerse por sí sola, sin mediación estatal), del 3 al 4% su producción, mientras que la producción industrial de EE.UU. bajó cerca de un 25%, y la de Francia, más de un 30%.


Alemania a duras penas y sólo gracias a la carrera armamentística logró recuperar su nivel; otro tanto sucedió con Japón, potencia militar emergente en el pacífico, que gracias a su política de bandidaje y colonialismo incipiente en el área y a su frenesí armamentístico logró experimentar un crecimiento de la producción del 40%. ¿Pero qué mérito tenía, crecer no a costa del desarrollo de las fuerzas productivas de un país, sino del aparato militar y de coerción cuya función está destinada a ejercer la violencia desde el Estado contra los pueblos, y destruir las fuerzas productivas de otros países, a fin de someterlos y rapiñar y expoliar sus recursos?

Mientras las principales potencias del campo capitalista se dirimían entre el estancamiento económico, la caída de la producción industrial y la especulación armamentística, junto a una política colonial-expansionista bárbara, incluso el índice más alto de japón, palidecía ante la dinámica de desarrollo de la URSS, cuya producción industrial aumentó 3,5 veces en el mismo lapso, acarreando un aumento del 250%.[1]


La URSS no creció fabricando armas sino modernizando la agricultura, la industria, dándole comida, trabajo, pan y vestido al pueblo, desarrollando hasta lo indecible el ferrocarril y electrificando un país que antes vivía virtualmente en la edad media, donde el campesino vivía piojoso y harapiento rezándole a un Zar Nicolás antes de arar la tierra...

Los logros de la revolución francesa fueron sobre todo en materia político-jurídico-institucional y, aunque no poco desdeñable fue el plano económico, con una auto-reforma agraria, por ejemplo, que dio tierra, la dignidad y cierta libertad al campesinado, socavando las baes de la servidumbre (y que luego más tarde tuvo que realizar, como tarea pendiente, la revolución socialista rusa), a pesar de ello no acabaron con las clases sociales en el plano económico. Pero los logros soviéticos trajeron no sólo pan, paz y libertad relativa, sino desarrollo para millones de campesinos y obreros de uno de los países más grandes y atrasados del mundo que casi puede considerarse un subcontinente, acabando con el paro institucionalizado, erradicando a la vieja burguesía industrial y clase terrateniente, así como más tarde a la burguesía agrícola, el Kulak, y allanando, cuando no eliminando el abismo existente entre las clases sociales; si bien la desigualdad no desapareció completamente de la noche a la mañana y reaparecería más tarde, entre el nuevo funcionariado o burocracia del Estado, heredero en parte del viejo funcionariado o burocracia rusa, y de una clase media con aspiraciones de ascenso como políticos, funcionarios y cargos directivos de empresas. También acarreó un amplio desarrollo del sistema educativo y sanitario público, hasta un nivel que sería la envidia hoy de buena parte de todo el mundo capitalista "desarrollado" moderno.

Fue la URSS la que nos liberó de Hitler y sacó del nazismo, con ayuda del pueblo polaco, griego, yugoslavo, italiano, de la Résistance Francesa (formada por comunistas)...

Y fue la URSS la que en los años 60 se dedicó a apoyar procesos de liberación nacional en toda África.

La jornada de 8 horas, la trajeron los soviéticos, la nacionalización de los bancos y sectores estratégicos, la trajeron los soviéticos (al menos allí), la reforma agraria la trajeron los soviéticos.

¡El derecho a aborto!, la Unión Soviética fue el primer país del mundo (después de la efímera Comuna de París), en aprobarlo.

El avance que se produjo en materia de relaciones sociales para muchísimas mujeres, es algo incuestionable... y si algo frustró ese desarrollo fue el conservadurismo del gobierno stalinista... conservadurismo laico, pero conservadurismo, que volvió a prohibir el derecho a aborto, e impuso un régimen coercitivo basado en el control policíaco por parte de una casta burocrática o "clase política", a través de la policía, sobre el conjunto de la clase trabajadora y campesina, llegando a asesinar a muchos de sus antiguos camaradas de revolución, a través de las Grandes Purgas. Un episodio negro en la historia de la URSS y la post-revolución rusa, una regresión histórica, parcial al pasado, que ni siquiera así consiguió empañar, no consiguió hacer empeñecer los enormes logros históricos que trajo consigo la revolución, a semejanza de como ocurre con Napoleón y la Revolución Francesa.

Nada de esto se debió a la Revolución Soviética, que fue uno de los procesos más asombrosos de toda la historia contemporánea. Así, la Revolución Soviética ó Rusa, constituyó el primer momento histórico en que los campesinos y obreros de todo un país se hicieron con la maquinaria del Estado, por espacio de casi 1 década, a través de los Soviets. Eso es asombroso y no tiene precedentes en la historia (salvo la efímera Comuna de París). Y algunas de sus consecuencias, algunas de sus conquistas y logros sociales, han seguido perdurando, repercutiendo en el presente hasta casi cerca de 90 años después, a pesar de ser distorsionadas por el stalinismo. Conquistas sociales como la reducción de la jornada laboral, el incremento del nivel de vida en las ciudades, uno de los sistemas sanitarios y educativos más avanzados del mundo, como el impulso a las ciencias, a las letras, al arte, a la sociología moderna, a las ciencias políticas... que ni siquiera el stalinismo y esa naciente "burguesía de Estado" o "Nomeklatura" de la GPU y el KGB, no consiguieron cargarse al completo durante casi 90 años. Fue esta naciente Nomenklatura la que socavó las bases del poder democrático de los obreros, los Soviets, a través de la creciente centralización del poder político en el Kremlim, que tuvo lugar, como consecuencia del ascenso al poder de Stalin. Después, ya a finales de los 80 y principios de los 90, muchos de sus altos cargos decidieron convertirse en "herederos" directos y "nuevos empresarios", restaurando el capitalismo privado, privatizando buena parte de la economía y decretando la disolución, junto con los nacionalismos periféricos, junto a las alas más reaccionarias de las burocracias del Partido de las Repúblicas periféricas, de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, dando lugar a la caída de todo el COMECON y países satélites, abriendo la puerta al imperialismo, al capitalismo trasnacional privado, capitalismo salvaje y mafioso en parte, que comenzó a apoderarse del comercio exterior y amplios sectores estratégicos de la economía de las distintas Repúblicas, bajo la tapadera, máscara o coartada de un sistema de "elecciones multipartidistas", dicen que "democráticas" (en muchos casos, en la práctica, "bipartidistas" o "turnistas", o simplemente "monopartidistas", como en el caso de Kazajstán, o de Putin, en Rusia; no menos totalitario que antes).

A semejanza de como ocurre con la Revolución Francesa de 1779, a nadie se le ocurre atribuir a la Revolución Francesa o los ideales y logros de la Ilustración, la dictadura expansionista de Napoleón, o las invasiones y guerras napoleónicas en, por ejemplo, España, que convirtieron dichos ideales en poco más que una pantomima; del mismo modo, a nadie se le ocurre negar las conquistas que trajo la Revolución Francesa en materia de derechos civiles y sociales, en materia de reforma agraria para los campesinos, en materia de libertades individuales y civiles, en eliminación de los estamentos, del poder de la Iglesia, en laicismo y separación de la Iglesia y el Estado, en desarrollo de las ciencias y del pensamiento, en desarrollo de las fuerzas productivas, al liberarse de multitud de trabas y de toda la subdivisión y fragmentación interna y externa de aduanas, pesos y medidas, las comunicaciones y el comercio, o en cuanto al desarrollo que supusieron las comunicaciones e intercambios económicos, materiales y culturales entre países. Muchas de estas conquistas se trasladaron, por "contagio" revolucionario, o la mera presión del desarrollo de las fuerzas productivas y de los acontecimientos históricos, a otros países; fueron conquistas que pervivieron en parte incluso a dos períodos de "restauración", a los 100.000 Hijos de San Luis, y a dos regímenes monárquico-reaccionarios; conquistas que pervivieron a la Sagrada Alianza entre las principales potencias reaccionarias europeas del momento.

Del mismo modo debe suceder con la Revolución Rusa. No se debe confundir aquella Revolución altamente progresista, con la figura del sistema de gobierno o régimen conservador y reaccionario post-revolución que supuso el stalinismo, en materia de persecuciones políticas, represión o negación de libertades civiles e individuales básicas, de derechos políticos, de librepensamiento, de libertad de crítica constructiva, negación de libertad del derecho básico de asociación u organización para los obreros, monopolio del poder mediático o propagandístico por parte del Partido gobernante a través de la burocracia gobernante, desigualdad en materia de salarios entre cargos directivos en las fábricas y obrero de base, entre altos funcionarios y ciudadano medio, problemas acarreados por la manera burocrática en que se llevó a cabo la colectivización agraria, a través del Estado y no de los propios campesinos. Muchos de estos problemas, por ejemplo, en materia agraria, supo resolverlos hábilmente la Revolución China, que partió de un profundo respeto por su base social, el campesinado, tratándolos de igual a igual. Pero el sistema de gobierno o régimen que se asentó en el poder tras triunfar esta revolución, el maoísmo, fue repitiendo a la postre muchos de los errores propios del stalinismo, en cuyo modelo se inspiró, generando así la misma disociación entre el cuerpo de gobernantes del Estado-Partido o "la burocracia", y entre el trabajador y campesino medio. Muchas de estas contradicciones dieron lugar al capitalismo posterior, a la generación de la pujante burguesía o clase capitalista de Estado que gobierna hoy día, en alianza con el capitalismo privado. Muchas de estas contradicciones trataron de ser resueltas y fueron resueltas de forma parcial, pero sólo temporal y pasajera, por la Revolución Cultural China.

Estos regímenes o sistemas de gobierno post-revolución heredaron multitud de elementos propios, o típicos del sistema anterior, mimetizando a partes (y modernizando) la represión propia del régimen zarista, pero no pudieron socavar las fuerzas productivas del país ni destruir las conquistas sociales.

Es un fenómeno que pasa en casi todas las revoluciones. De la oposición o lucha inherente entre fuerzas opuestas, entre fuerzas revolucionarias y reaccionarias, terminan surgiendo modelos de sociedad y sistemas de gobierno intermedios, a caballo entre el progreso traído por la revolución y la reacción anterior que, en el caso ruso, era el zarismo. Por tanto, a menudo sucede que una sola revolución no es capaz de paliar todos los fenómenos y lacras heredadas del pasado, tras décadas y siglos de gobierno de la antigua aristocracia, burocracia del Estado, burguesía y clases dominantes. Estas están demasiado acostumbradas a mandar (pues han estado haciéndolo durante décadas o siglos y tienen formación para ello) y a menudo son capaces de adaptarse y reorganizarse a las nuevas condiciones, adoptando formas nuevas, y constituyéndose una parte de ellas en nuevos grupos de privilegio. Mientras que la clase obrera y campesina no ha gobernado nunca, y sin la experiencia y formación necesaria en materia política le es difícil mantener en su conjunto el poder. Eso sin mencionar lo fácil que es emular formas jerárquicas de gobierno, desarrollar un Estado concebido para el gobierno por parte de una minoría, en comparación con lo dficíil que es transformar toda esa estructura de Estado, y crear un modelo de Estado totalmente nuevo concebido para el gobierno colectivo por parte de la amplia mayoría. La democracia es lenta, pero es esencial para la supresión y la lucha contra las injusticias y desigualdades sociales. No puede haber justicia e igualdad, no es posible erradicar la injusticia y la desigualdad, mientras unos pocos, a puerta cerrada, decidan; tan sólo podemos erradicar parte de ella, y sólo por un tiempo. Esta es una experiencia o conclusión que podemos extraer de la Revolución Rusa.

Y sin embargo, mientras duró el período de existencia de la URSS, los soviéticos estuvieron a la vanguardia en la psicología durante décadas. Y lo mismo en agricultura, técnicas de modernización e industrialización del campo... Ciencias políticas, sociología, humanidades, teoría literaria. En casi cualquier campo al que vayamos destacan las ciencias y letras soviéticas.

Yo quisiera algo así para mi país. Y no esto.

Los soviéticos contribuyeron en el plano geopolítico apoyando procesos de descolonización y liberación nacional en llamado "tercer" mundo o mundo colonial, en continentes como África y Asia, dando apoyo logístico a revoluciones politicas y de liberación nacional que lograron expropiar y nacionalizar los medios de producción de manos de las multinacionales del capitalismo y del imperialismo: un ejemplo, Cuba o Vietnam. Aunque el coste de ello a veces, fuera la mimetización de ese modelo limitado de "socialismo desde arriba", de sistema de partido único, exportado a partir del modelo soviético. El Kremlim, no apoyaría jamás a ninguna revolución que fuese un ejemplo decidido de democracia de base, obrera, porque eso sería un peligro para los privilegios de la propia casta burocrática o nomenklatura gobernante.

Y a pesar de eso, no estaríamos aquí si no hubiese existido la URSS... Si cuando estalló el fascismo, el nazismo, Rusia hubiese sido un imperio zarista... ¿de que lado se habría puesto ese gigante...? Habría podido posicionarse muy seguramente del lado más reaccionario posible, del fascismo... para ayudarle a aplastar las conquistas democráticas, sociales y obreras en todo el mundo.

No quiero ni imaginar un mundo así.

Les debemos demasiadas cosas a los revolucionarios rusos, y al pueblo ruso en su conjunto, por haber protagonizado una de las revoluciones más grandes de la historia.

Mucho de lo que llamamos Estado del bienestar es gracias a ellos. Fueron concesiones que nos hicieron a regañadientes los capitalistas ante la presión de las luchas obreras y la amenaza y presión de una alternativa o ejemplo existente (la URSS) que podía sentar un mal precedente.

De ahí la caza de brujas de comunistas, socialistas y anarcosindicalistas con Franco, con Hitler, con Mussolini... o en EE.UU. con McCarthy, y hablamos aquí del país a la vanguardia hoy día de la reacción, heredero del "facherío" y el neoliberalismo salvaje con posterioridad a la caída del nazismo.

La revolución rusa supuso un paréntesis de tiempo, un lapso en la historia, y merece ser estudiada por todos los historiadores modernos, y aun por los militantes y activistas, aquellos quienes luchamos por cambiar el mundo, por ver un mundo diferente.


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Notas al pie.[1] León Trotsky, La Revolución Traicionada [ http://www.marxismo.org/files/LaRevolucionTraicionada.doc ]

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