Ana Mulet, Madrid.
La deuda pública es el dinero que el Estado ha pedido
prestado para financiar sus principales inversiones y gastos. Esta deuda
pública, se ha visto agrabada por las inyecciones millonarias de dinero a
entidades bancarias privados.
Si se sobrepasa la capacidad de gasto del Estado, éste debe
recurrir a préstamos a entidades bancarias europeas, y algunas mal llamadas
“nacionales”, las cuales no tienen más “nacionalidad” que el “lucro”, y reciben
préstamos del B.C.E. al 1%, para luego revenderlos al 5, 6 ó 7% al Estado.
Para poder pagar estos préstamos, debe recurrir a la venta
de Bonos o Letras del Tesoro, de cuyos intereses, adquiriría dinero el Estado.
Pero los inversores ya no confían en la capacidad de las entidades
gubernamentales de devolución de los préstamos, por lo que, la caída de los
Bonos o Letras del Tesoro en bolsa ha sido aplastante. La única fuente de
financiación del gasto público, cuya mayor proporción se destina a los rescates
a entidades privadas, son por tanto, los préstamos que el Estado pide a bancos
europeos, que no puede devolver, puesto que no consigue vender Bonos o Letras
del Tesoro, los cuales han alcanzado una prima de riesgo inaceptable para los
inversores [1].
En la definición de deuda pública, entran también las
comunidades autónomas, las administraciones de los ayuntamientos, las
diputaciones, etc., y por supuesto el gobierno central. La situación se agraba
aún más, debido a que una buena proporción del gasto destinado por parte de las
administraciones autonómicas y locales ha ido a parar a obras públicas de
enorme carestía y dudosa calidad o necesidad.
Tenemos que el Estado español, por tanto, emite Bonos y
Obligaciones del Tesoro y Letras del Tesoro, para poder vender su deuda
pública. Los Bonos, Obligaciones y Letras del Tesoro, suelen salir al mercado a
un precio de 1000 € por bono, éste era un precio bastante asequible en época de
bonanza. A pesar de lo cual, la mayoría de la gente, evita ahora, comprar
Bonos, Obligaciones o Letras del Tesoro al Estado. El círculo vicioso que se
genera, entonces, es evidente. La única forma que tiene el Estado de devolver
lo prestado a las entidades europeas, es a través de privatizaciones, recortes,
y eliminación, en materia social, de gasto público. Todo ello deriva en una
pérdida y destrucción de derechos, en un empeoramiento progresivo de la calidad
de la enseñanza y sanidad, en la destrucción de tejido productivo público, así
como en el empobrecimiento generalizado de las capas populares del país y de la
clase obrera.
Cuando el Estado se endeuda, debemos recordar que el
dinero que se ha tomado prestado hay que devolverlo y con intereses, en un
futuro.
Actualmente, el pago de estos intereses, es imposible, si no
es mediante un fuerte impuesto progresivo a las grandes fortunas,
nacionalizando bancos bajo control obrero y de usuarios, y expropiando a
grandes accionistas, o destruyendo conquistas sociales, es decir: la extensión
social del Estado [2]. Lo que está haciendo el actual gobierno es lo segundo.
Está favoreciendo a las clases altas, a la banca, a costa del proletariado.
Si el Banco Central Europeo, no compra deuda del Estado
español, vamos hacia un rescate generalizado, al estilo de Grecia, por mucho
que de Guindos (el ministro de finanzas) quiera maquillarlo con otros nombres.
Los actuales bonos, dada la exponencial subida de la prima de riesgo y los
tipos de interés, son considerados Bonos-basura, es decir nadie los quiere,
porque no creen que el gobierno pueda pagar los prestamos, ni confían en Rajoy
ni en sus medidas de recortes como medio para recuperar el país de la crisis.
Al contrario, según el FMI, se prevé una recesión aún mayor tras las nuevas
medidas de recorte anunciadas por el gobierno. El gobierno miente, cuando nos
pide calma, y asegura que la recesión decaerá a partir de 2016, en espera de
los próximos recortes que todavía no ha hecho. Cada vez que el gobierno hace
recortes, la situación económica empeora, porque caunto más destruye puestos de
empleo, más recorta los salarios y servicios públicos, más sube el IVA, menos
poder adquisitivo tiene el común de la población y el empobrecimiento crece, y
menos posibilidad de crecimiento habrá para salir de la crisis.
Rajoy cambia las leyes, y aún piensa cambiar 20 más para
amoldarlas a su política regresiva en curso, que no quedaba implícita en su
programa electoral (aunque sí en la extracción social e ideología del partido
gobernante). El préstamo (rescate multimillonario) de 100.000 mill. euros que
le ha concedido el BCE, del que las capas populares no verán ni un céntimo, no
se dedicará a invertir en la creación de tejido productivo público, sino que
irá directo a refinanciar a la banca privada, que lleva décadas incrementando su
capital a costa del endeudamiento de familias trabajadoras. Son los principales
deudores y creadores de esta situación de crisis. Pero en lugar de rendir
cuentas, reciben un premio. Nadie parece culpable, el Gobernador del Banco de
España, Miguel Ángel Fernández Ordoñez echa la culpa a la mala gestión
gubernamental, continuada durante años. No vio venir la bancarrota y el
hundimiento, y la muerte en trágica agonía del sistema financiero español.
Por su parte, el interés de oposición (dudo que lo sean), de
fiscalía o del Poder Judicial o político en investigar o castigar a los
culpables de la debacle que padece el proletariado, brilla por su ausencia. Más
bien lo contrario, a estos maleantes sin escrúpulos, se les cambia de entidad o
empresa y se les pagan enormes cantidades en concepto de indemnización (esto
último ya riza el rizo del mayor descaro y desprecio concebible hacía nosotros) y dichas indemnizaciones también
las pagaremos a base de bajadas de salarios, subida del IVA y recortes de todo
tipo, con el único fin de pagar los intereses del rescate.
Mientras tanto, Alemania, en palabras de su ministro de
Finanzas Schäuble, niega que el BCE vaya a comprar deuda pública de España.
Así, alega el ministro alemán: "Las necesidades de financiación de España a
corto plazo no son tan altas [...] Las altas cotas que han alcanzado los
intereses son dolorosas y crean una enorme incertidumbre, pero no es el fin del
mundo pagar un porcentaje mayor en las subastas de deuda”. Pero también alega
que es consciente de la insostenible situación que implican los altos
intereses, que se le están aplicando a la deuda española y el terrible índice
que ha alcanzado la prima de riesgo.
El B.C.E. procura no comprar deuda del Estado español,
porque prefiere salvar los balances de la banca alemana y francesa mediante
préstamos al 1% a la banca española. Con ello paga las deudas al capital
internacional y le presta a cuentagotas al Estado español para mantenerlo
ahogado y dependiente de rescates condicionados. La solución no está, por
tanto, en el B.C.E., sino en la cancelación y repudio de la deuda. [3] [4]
De lo contrario, salvo que algún Estado imperialista, véase
Alemania, compre deuda pública al Estado español, el rescate es inevitable. Es
muy probable que el imperialismo se valga de esta situación para imponer una
deuda draconiana, imposible de pagar, a los países del PIGS, incluidas Grecia,
Italia, Portugal y España, que le permita imponer titánicas medidas de recortes
con los que extraer el equivalente al Producto Interior Bruto durante varias
décadas, haciéndose con el control de estos países, y en la práctica
comprándolos. Nos dirigimos así hacia una nueva variante del capitalismo
financiero: un tipo de capitalismo neo-feudal, a escala internacional, o
neo-tributario. Es una nueva forma de invasión y usurpación de las riquezas,
los recursos y soberanía de un país, a través de la guerra económica, en lugar
de a través de la guerra con armas. [5]
[1] En estos momentos, los inversores piden, para el bono a
10 años, un interés del 6.41% a España y un 1.20% a Alemania, la diferencia
entre lo que paga España y lo que paga Alemania es la “prima de riesgo”. En este caso, 641-120 =
521.
[2] El 90% del dinero del Fondo de Reserva de la Seguridad
Social, creado hace años, que debía ir destinado a pagar pensiones de los
actuales trabajadores, ha sido invertido en deuda del Estado.
[3] Hay numerosos precedentes de países que se niegan a
pagar la deuda pública: España lo ha hecho 14 veces, Francia en 9 ocasiones,
Rusia en 7 y el Reino Unido en 5. Esta política se suele llevar a cabo cuando
la mayoría de los compradores son extranjeros; pero en la situación actual, más
del 68% de los compradores son españoles, sin mencionar las amenazas por parte
del gobierno alemán de expulsión del euro y de boicot total, vía devaluación,
de la moneda española. A no ser que se cambiara por completo todo el sistema
politico y socio-económico, por ejemplo, con un sistema socialista, basado en
la nacionalización de toda la banca y grandes empresas bajo control obrero.
[4] Quizás la mejor definición de “deuda ilegítima” es la
propuesta por el economista Jeff King: “son ilegítimas aquellas deudas
contraídas contra los intereses de la población de un país y con el completo
conocimiento de su acreedor”.
[5] La “integración” europea, si se da bajo el capitalismo,
en la época de decadencia imperialista, se hará en el contexto de una gran
barbarie.
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